Martin Ceballos cierra su naTOURaleza en la sala Galileo Galilei de Madrid con una gran cantidad de sorpresas incluidas
Martín ya no mira atrás. El exintegrante de Dvicio se plantó el 25 de octubre en la sala Galileo Galilei para demostrar que su historia continúa con más fuerza que nunca. Con naTOURaleza, su nuevo proyecto, Martín busca algo más que aplausos: quiere reencontrarse con lo esencial. Y anoche, lo encontró en cada voz que lo acompañó.
La noche comenzó con Evic como telonero, encargado de calentar a un público que venía dispuesto a celebrar este nuevo capítulo. Con la sala ya entregada, Martín apareció sobre el escenario acompañado de una banda espectacular y una puesta visual que evocaba esa conexión con la naturaleza que guía su nueva propuesta. Luces verdes, tonos cálidos y un ambiente cercano crearon una atmósfera íntima.
No tenemos fotos, el sencillo que abrió esta etapa, fue también uno de los momentos más coreados. El repertorio mezcló temas de su debut Odiseo con material nuevo que apunta hacia un sonido más personal y orgánico. Aunque también hubo tiempo para recordar temas antiguos, como su interpretación de 5 sentidos, la colaboración de Taburete y Dvicio.
Además, sorprendió al público con una canción inédita en acústico, interpretada únicamente con guitarra y una luz suave enfocándolo. Un adelanto de lo que está por llegar, que verá la luz próximamente y que emocionó a la sala con su fragilidad y honestidad.
Uno de los momentos más especiales llegó cuando dedicó una canción a su mujer, que no pudo estar presente y siguió el concierto por videollamada. Martín cantó mirándola en la pantalla de su teléfono, compartiendo con toda la sala un gesto íntimo y lleno de cariño que provocó aplausos cómplices entre el público.
Martín se mostró cómodo, hablador, agradecido. No solo interpretó canciones; conectó. Hubo espacio para recuerdos, para risas y para esa complicidad que solo se consigue cuando el público quiere ver crecer al artista.
Y la noche dejó lugar también para invitados que son parte de su historia y de su presente: Sazza, Julia Debís y, especialmente, Andrés Koi, su hermano y excompañero de Dvicio, cuya aparición levantó una ovación cargada de emoción y nostalgia.
El tramo final del concierto fue un estallido de energía. Martín se movió con naturalidad, disfrutando de cada aplauso como quien celebra un logro personal más que profesional. naTOURaleza no busca impresionar con espectacularidad técnica; busca ser honesto. Es un viaje de redescubrimiento y, a juzgar por la respuesta del público madrileño, va en la dirección correcta.