La artista argentina Taichu expande r y transforma su dualidad creativa en una identidad más madura y profunda

Taichu inaugura una nueva etapa con hotcore. Un segundo álbum que redefine los códigos de su propio movimiento y confirma la solidez de su imaginario dentro de la escena. Lo que comenzó como una etiqueta estética y sonora durante la era rawr se ha transformado ahora en un lenguaje emocional que combina fuerza, fragilidad y un estilo artístico inconfundible.

En este lanzamiento, la artista muestra una versión más completa y transparente de sí misma. Deja ver el corazón detrás del personaje que impulsó su carrera. hotcore profundiza esa dualidad constante entre lo explosivo y lo íntimo, entre la máscara y lo que late debajo, entre el brillo exterior y la herida que sostiene cada composición. El resultado es un viaje donde conviven la euforia y la vulnerabilidad con una naturalidad propia de una artista que ha aprendido a habitar todos sus matices.

Taichu explora cómo la intensidad, el exceso y la estética edgy pueden convivir con la suavidad, la intuición y la supervivencia emocional. Ese contraste se convierte en el eje del proyecto, que reivindica la fragilidad como una forma de poder. La artista lo explica con claridad al hablar de este nuevo capítulo: Hotcore es un disco donde bajé un poco la coraza y dejé que se escuchen otras cosas que también soy… No canto desde el enojo: canto desde la supervivencia. La fragilidad también es fuerza.

Esa intención se materializa en las catorce canciones que componen el álbum, producidas por Luigi Navarro, Molok0, Dayvan y Quinbill, y enriquecidas con colaboraciones de Coucou Chloe, Rojuu y SadBoi. La presencia de estas figuras expande aún más el carácter experimental del disco, que se mueve entre la sensibilidad digital, la estética del club y un pop oscuro que define el nuevo ADN de Taichu.

Taichu

El álbum llega tras los adelantos POV y LOS ANGELES, dos piezas que ya anticipaban el tono emocional de esta etapa. En la primera, Taichu mostraba una versión más relajada y honesta, mientras que en la segunda se sumergía en una vulnerabilidad explícita, representada en un videoclip donde aparece con alas de ángel manchadas: una metáfora del contraste que define el universo hotcore.

Este lanzamiento se suma a un recorrido que la ha llevado a consolidarse en la escena en vivo. Taichu cerró 2024 con su participación en Buenos Aires Trap ante más de 100.000 personas, inició 2025 con actuaciones en Chile junto a Easy Kid y continuó en México con una función propia en Ciudad de México. Además, será una de las headliners de Rave 3000, reafirmando el magnetismo que acompaña su propuesta artística.

Con hotcore, Taichu no solo expande un concepto: firma la obra que define su identidad en un momento clave de su carrera, donde la estética, la emoción y la intención creativa se alinean por primera vez en un mismo latido.